Cirugía Estética.
Para obtener un óptimo resultado la técnica quirúrgica no es suficiente. Es necesario que se alíe a la sensibilidad del cirujano para que juntas ofrezcan el mayor grado de satisfacción al paciente.
Nacemos con una predisposición hereditaria a un determinado tipo de piel, tanto a favor de un cutis fino y delicado como a una tendencia natural a las arrugas.
También heredamos una estructura ósea, unas proporciones del cuello, unos pómulos y una anchura de la mandíbula que son importantísimas a la hora de valorar, no sólo el tratamiento a ser realizado, sino también, el resultado que podemos esperar y la duración de éste.
Una piel atrofiada se manifiesta como apergaminada, y las arrugas que presenta son finas, abundantes y se extienden por toda la cara, por el contrario, la piel que mantiene cierta elasticidad, aunque pueda presentar arrugas, éstas siempre serán menores.
El caso más extremo es la enfermedad de Ehlers Danlos, en la que aparece una vejez prematura del organismo ya en la infancia.
El estado hormonal, principalmente las deficiencias que acompañan a la menopausia, afecta directamente al estado de la piel. Existen factores externos de los cuales el sol, las radiaciones solares, es el más importante: contribuye a la atrofia de la dermis y a la formación de tumores cutáneos, sobre todo a través del efecto de los rayos ultravioleta; por otra parte, tiene un efecto acumulativo que hace que sus manifestaciones sean tardías.
El engordar es el segundo factor en importancia, y supone un estiramiento de la piel que cuando va seguido de adelgazamiento importante hace que aparezcan las arrugas de forma más manifiesta. Este mismo fenómeno es el causante de las estrías corporales que son una especie particular de cicatrices.
Los hábitos nocivos como el tabaco y el alcohol, una alimentación inadecuada, el estrés, la insatisfacción profesional y los problemas emocionales influyen de manera muy importante en el estado de la piel y en la imagen física.
Por último, los masajes violentos, realizados de forma intempestiva, pueden distender la piel, así como algunas cremas irritantes o medicamentos pueden acelerar la formación de arrugas.
Estiramiento facial, ritidoplastia o lifting son los diferentes nombres que recibe la intervención para el tratamiento de los estigmas del tiempo en el rostro.
Su significado explica en qué consiste: estirar la piel, tratar las arrugas (Ritidos) y elevar las estructuras que han caído (Lifting).
Para facilitar la comprensión del estiramiento facial, y siguiendo el proverbio: una imagen vale por mil palabras, imaginemos un papel de estraza que arrugamos y en el que hacemos que predominen pliegues en líneas paralelas, algo así como una acordeón. Lo pegamos con cola por la parte inferior en contacto con una tabla.
Una vez seco, al intentar estirarlo notaremos la imposibilidad y el peligro de que el papel se rompa. Ahora despegue el papel parcialmente, estire, y verá como el papel se alisa.
Sólo existe un pequeño detalle, la piel es elástica. No basta estirarla para eliminar las arrugas. Se necesita que lo que está por debajo, grasa, músculos, etc. mantenga la forma, y para eso es necesario tensar una estructura muy fina, algo así como una malla, la cual se denomina SMAS (sistema músculo aponeurótico superficial).
Otra característica de importancia es que la piel se despega y levanta acompañada de una capa de grasa por la que van los vasos que alimentan el colgajo. Esta delicada circulación se ve comprometida en el caso de fumadores, diabetes, arteriosclerosis, etc., lo que obliga a tener una serie de precauciones especiales y limitaciones en este tipo de pacientes.
Nacemos con una predisposición hereditaria a un determinado tipo de piel, tanto a favor de un cutis fino y delicado como a una tendencia natural a las arrugas.
También heredamos una estructura ósea, unas proporciones del cuello, unos pómulos y una anchura de la mandíbula que son importantísimas a la hora de valorar, no sólo el tratamiento a ser realizado, sino también, el resultado que podemos esperar y la duración de éste.
Una piel atrofiada se manifiesta como apergaminada, y las arrugas que presenta son finas, abundantes y se extienden por toda la cara, por el contrario, la piel que mantiene cierta elasticidad, aunque pueda presentar arrugas, éstas siempre serán menores.
El caso más extremo es la enfermedad de Ehlers Danlos, en la que aparece una vejez prematura del organismo ya en la infancia.
El estado hormonal, principalmente las deficiencias que acompañan a la menopausia, afecta directamente al estado de la piel. Existen factores externos de los cuales el sol, las radiaciones solares, es el más importante: contribuye a la atrofia de la dermis y a la formación de tumores cutáneos, sobre todo a través del efecto de los rayos ultravioleta; por otra parte, tiene un efecto acumulativo que hace que sus manifestaciones sean tardías.
El engordar es el segundo factor en importancia, y supone un estiramiento de la piel que cuando va seguido de adelgazamiento importante hace que aparezcan las arrugas de forma más manifiesta. Este mismo fenómeno es el causante de las estrías corporales que son una especie particular de cicatrices.
Los hábitos nocivos como el tabaco y el alcohol, una alimentación inadecuada, el estrés, la insatisfacción profesional y los problemas emocionales influyen de manera muy importante en el estado de la piel y en la imagen física.
Por último, los masajes violentos, realizados de forma intempestiva, pueden distender la piel, así como algunas cremas irritantes o medicamentos pueden acelerar la formación de arrugas.
Estiramiento facial, ritidoplastia o lifting son los diferentes nombres que recibe la intervención para el tratamiento de los estigmas del tiempo en el rostro.
Su significado explica en qué consiste: estirar la piel, tratar las arrugas (Ritidos) y elevar las estructuras que han caído (Lifting).
Para facilitar la comprensión del estiramiento facial, y siguiendo el proverbio: una imagen vale por mil palabras, imaginemos un papel de estraza que arrugamos y en el que hacemos que predominen pliegues en líneas paralelas, algo así como una acordeón. Lo pegamos con cola por la parte inferior en contacto con una tabla.
Una vez seco, al intentar estirarlo notaremos la imposibilidad y el peligro de que el papel se rompa. Ahora despegue el papel parcialmente, estire, y verá como el papel se alisa.
Sólo existe un pequeño detalle, la piel es elástica. No basta estirarla para eliminar las arrugas. Se necesita que lo que está por debajo, grasa, músculos, etc. mantenga la forma, y para eso es necesario tensar una estructura muy fina, algo así como una malla, la cual se denomina SMAS (sistema músculo aponeurótico superficial).
Otra característica de importancia es que la piel se despega y levanta acompañada de una capa de grasa por la que van los vasos que alimentan el colgajo. Esta delicada circulación se ve comprometida en el caso de fumadores, diabetes, arteriosclerosis, etc., lo que obliga a tener una serie de precauciones especiales y limitaciones en este tipo de pacientes.
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